Pocas veces he sido testigo de un partido tan
reñido y tan defendido como el del lunes 23 de noviembre.
Sin embargo, en
ningún momento los jóvenes futbolistas del equipo del Guillelme Brown dieron
por perdido el partido. Marcaban sus jugadores rivales e incansablemente iban a por ese balón
que se resistía a entrar en la portería contraria. Nunca dieron el partido por
perdido y como grandes y valientes
competidores, durante todo el partido, estuvieron en la pista,
intentando una y otra vez, arrebatar el balón al equipo contrario. Dieron lo
mejor de sí, corriendo detrás de la pelota, sin rendirse.
Demostraron un gran
sentido del juego, una habilidad para arrebatar esa ansiada pelota,
regateándola una y otra vez, y mostraron un enorme espíritu deportivo en la cancha,
intentando sin cejar, pelear
hasta el último silbato que marcó el final del partido.
Es verdad: superó el
equipo visitante por un aplastante 13 goles contra los 4 del equipo de casa.
Pero esos 4 goles han sido brillantes y llenos de entusiasmo y de jóvenes promesas
futboleras.
En ningún momento nos
dieron opción al aburrimiento y fue un partido muy entretenido y lleno de
emoción. Esperamos mucho de estos espléndidos y generosos deportistas.
Enhorabuena a este
equipo. Os espera un buen futuro.
